lunes, 16 de abril de 2012

Argentina vuelve a reír. ¿Quién reirá último?




Argentina se ha transformado en un país sin credibilidad internacional con una economía debilitada y con una gestión política interna y externa errática, que hace tambalear cada cierto tiempo la fe pública, con altos índices de corrupción, con partidos políticos irrisorios y de actuar peripatético, con una sociedad que estuvo ad portas del desarrollo pero que hoy aún no se recupera de la crisis del 2001 (el corralito) y se ve inmersa en el espejismo creado por los Kirchner desde el 2003, suponiendo que los problemas sociales se están solucionando mediante medidas populistas que solo agravan la situación económica.
La promesa del Frente para la Victoria de rescatar a una Argentina deprimida y llevarla a la cima ha quedado en la expresión de la voluntad de mejoramiento de la economía mediante una serie de nacionalizaciones de empresas que sólo en el decenio anterior los mismos Kirchner promovieron privatizar. El motor del impulso fue sector agropecuario, mismo que catapultó a Cristina Fernández, tras la crisis de 2008. Pero la ansiada cohesión social no se ve por ninguna parte. Alguien comentó que Argentina vive al borde del precipicio. La señora K parece que dio el primer paso adelante… y con vuelito.
Hoy parece que la presidenta, usando una vieja estrategia, se crea situaciones conflictivas externas que le ayuden a generar esta cohesión interna. Primero fueron las Malvinas y actualmente la nacionalización de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales, privatizados durante el gobierno de Menem siguiendo la receta de los exitosos países en vías de desarrollo (entre ellos Chile).
YPF, empresa controlada por la compañía española Rapsol (con más del 55% de las acciones), posee una ínfima proporción de participación estatal, ya que el resto son acciones privadas como el 25% del grupo Petersen de argentina. El reciente envío al parlamento del proyecto de ley para “recuperar la soberanía sobre YPF” declarando que el 51% de su patrimonio es de utilidad pública y, en consecuencia, es sujeto a expropiación, se sustenta en la insuficiente producción que la empresa está generando y en la escasa inversión que los dueños han capitalizado. Se transforma así en el negocio que mejor sabe hacer Argentina: vender una empresa pública en lo que vale, esperar que los privados inviertan y rentabilicen, para luego expropiarla al precio que el gobierno indique que vale.
Argentina se ha caracterizado por este tipo de acciones zigzagueantes que siempre terminan en su propio beneficio. Para ejemplo, el acuerdo con Chile sobre suministro de gas natural. Sin embargo, se debe reconocer que como política autocomplaciente es muy efectiva y efectista.
El efecto es muy obvio, la señora K pierde credibilidad internacional pero gana popularidad interna. En tanto, mientras Antonio Brufau corre a la Moncloa a suplicar acciones a Rajoy, a quien le llueve sobre mojado.
A los ojos de parte de América Latina, el suceso de la nacionalización de YPF es un claro signo del empeño de Fernández de seguir los pasos de Chávez. Para otros, es una señal para España –que hoy controla buena parte de la banca y las telecomunicaciones en Hispanoamérica– que el colonialismo terminó hace doscientos años. Y para otros no es más que otra de las muchas  grotescas y extravagantes muestras de tercermundismo que nos ofrece la política argentina.
Esperemos las reacciones de España –tal vez declara insalvablemente nulo el proyecto de ley–para saber quién ríe último en este controvertido acontecimiento. Yo tomo palco.

2 comentarios:

  1. Desde q se privatizó la empresa de los gallegos cuanto invirtió en el país, muy poco, lo demás se lo llevaban en dólares a ese país casi europeo.
    Basta de arrodillarse con Alemania.

    Reconózcanlo son la lacra de europa.

    ResponderEliminar
  2. No creo que seamos la lacra de Europa. Quizás nuestros políticos sean la lacra de nuestro país, como es el caso de Argentina.
    Mira, Luciano. Repsol pagó las acciones de YPF a 45 usd, cuando en tiempos de Menem cotizaban a 33, y la compra se hizo conforme a la legalidad vigente en aquel momento. Repsol si que realizó prospecciones en Argentina, hasta el punto de encontrar hace menos de 1 año, en Vaca Muerta, uno de los mayores yacimientos de petróleo-pizarra del mundo, (un tipo de petróleo no convencional) que es el verdadero motivode la expropiación; pues es tal la riqueza del yacimiento, que se cree que pueda cubrir la demanda de gas de argentina durante 10 años, y buena parte de su demanda de crudo.
    Ahora, alguna otra empresa de algún otro país (probablemente china, pues ya ha tomado posiciones en la minería argentina desde hace unos años) extraerá el crudo o prestará el dinero al Gobierno para que éste lo haga. YPF (ojalá no sea así) seguirá la senda de Aerolíneas Argentinas, que ya fue expropiada y que les cuesta a los argentinos más de 700 millones de usd al año; y Argentina (ojalá tampoco esto sea así) probablemente vea cómo se enriquecen los de siempre: sus gobernantes; mientras su pueblo continúa su sufrimiento.
    Un apunte: cuando en el 2001 Argentina sufrió el corralito, y ningún país prestaba dinero al tuyo;el Gobierno de España prestó 1000 millones de euros a fondo perdido al Gobierno de la Nación argentina.
    Lamento que odies tanto a los españoles, pero creo que no tienes razón y que esta maniobra del gobierno de tu país es una canallada. Ojalá no les salga mal, pues preferiría ver que los argentinos mejoran su situación (a pesar del odio que nos tenéis), pues de nada tienen culpa.
    Mis respetos, y un saludo desde España.

    ResponderEliminar

Gracias por comentar.